Es de sobra conocido que los cambios estacionales, especialmente en lo que se refiere al invierno o primavera, para muchas personas, tienen gran repercusión en la salud. La mayoría de las veces se traduce en cansancio, fatiga, agotamiento o ansiedad, lo que se conoce como astenia primaveral. Es un trastorno temporal, que afecta más a mujeres que hombres y muy común en poblaciones de entre 20 y 50 años. Si no se padece ninguna dolencia, es conveniente seguir una serie de pautas, que ayudará a reforzar el sistema inmunológico y vivir con cierta tranquilidad esta bonita estación. Una alimentación adecuada, que aporte al organismo los nutrientes que necesita, combinada con actividad física regular, es esencial para disfrutar de una buena salud. De igual forma que una alimentación deficiente puede tener consecuencias muy negativas y, en especial, en el sistema inmune. Entre esos nutrientes fundamentales para gozar de buena salud figuran las vitaminas, cuyo papel en primavera reviste especial importancia. Las vitaminas intervienen en muchos procesos biológicos y se encuentran tanto en alimentos de origen animal como vegetal, aunque la fuente principal son las frutas y verduras. Son muchas las vitaminas que se recomiendan tomar en primavera, entre ellas se encuentran las vitaminas del grupo B, que se encargan de la liberación de energía de los carbohidratos, grasas y proteínas. Por tanto, ayudan a nuestro organismo a obtener energía, esa energía que tanto necesitamos cuando notamos el cansancio y la fatiga originadas por la astenia primaveral.
Por otro lado, el ácido fólico y las vitaminas C y D también contribuyen a disminuir el cansancio tan característico de estos momentos. Probablemente, ante la duda de qué vitaminas tomar en primavera, sería mejor optar por un complejo multivitamínico, que se adapte a nuestras necesidades y nos ayude a encontrarnos mejor. En este sentido, es importante apuntar que no se debe usar estos complementos como sustitutivos de una dieta variada y equilibrada.
