Cuando tus labios se secan y se agrietan, la piel tiende a descamarse y levantarse e incluso acaban saliendo heridas. Exfolia tus labios delicadamente para eliminar las células muertas y permitir que el bálsamo labial hidrate la nueva piel que se esconde debajo. Primero, aplica una mezcla de azúcar y miel para arrastrar todo lo que sobre. Luego, aplícate un bálsamo a base de miel y aceite de coco y déjalo toda la noche, para que empape bien los labios y los cure desde el interior. Además de hidratarlos, la miel protegerá los labios agrietados de posibles infecciones.